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Ford. Recorte de 4.000 empleos en Europa



Los grandes fabricantes en el sector del automóvil están en pleno retroceso. Conocidos los recortes de empleo en VW, Nissan o General Motors, la ralentización de la demanda de eléctricos se sigue cobrando víctimas.

 

Turno de Ford que hace público, mediante comunicado, un nuevo plan de reestructuración en Europa, que incluye la reducción de 4.000 puestos de trabajo que se materializará en los próximos dos años.

 

Los países más afectados serán Alemania, 2.900 empleos, y el Reino Unido, 800 empleos. En menor medida otros mercados, en torno a los 300 empleos, mientras que España, en principio, será de los países menos afectados.

 

Porcentualmente se corresponde con el 14% de su fuerza laboral en Europa y el 2,3% a nivel mundial, de una plantilla total de 174.000 empleados.

 

Habría que sumar los aproximadamente 3.000 empleos que se perderán cuando cese la producción del modelo Focus, con mecánicas de combustión en la fábrica alemana de Saarlouis, a finales del próximo año. Esta planta estuvo a punto de cambiar de manos cuando el fabricante chino Chery se interesó por la misma y representantes del ministerio germano se trasladaron a China para negociar un acuerdo que asegurase los puestos de trabajo.

 

 

El plan tiene como objetivo crear una estructura de costes más competitiva y garantizar la continuidad a largo plazo de sus operaciones en el viejo continente. Igualmente, Ford, ha difundido que realizará cambios en su programa de producción que afectará a los modelos Explorer y Capri en la fábrica de Colonia, donde se reducirán las jornadas durante la primera parte del año 2025.

 

Dave Johnston, vicepresidente de Transformación y Alianzas de Ford para Europa, destacó que la empresa tiene una trayectoria de más de un siglo en este continente y que estas medidas son cruciales para garantizar en el futuro. «Estamos comprometidos con construir un negocio próspero en Europa para las próximas generaciones», afirmó.

 

Los fabricantes se enfrentan a un futuro lleno de incertidumbre.

Al igual que el resto de fabricantes, en Ford demandan un entorno más favorable que allane el camino hacia la movilidad eléctrica y permita adaptarse a este cambio de manera efectiva. Es un esfuerzo conjunto entre la industria, los gobiernos y los sindicatos para superar los retos que plantea la transición a la movilidad eléctrica.

 

Es necesaria una política clara que fomente la electromovilidad con  inversiones públicas en infraestructura de carga, incentivos significativos para consumidores, y mayor flexibilidad en el cumplimiento de las metas de emisiones de CO2.

 



Ford, recordó sus inversiones recientes realizadas en Europa como los 2.000 millones de dólares destinados a transformar la planta de Colonia en un centro de producción de vehículos eléctricos.

 

El descenso de ventas en Alemania, un 28,6%, debido al cese de las ayudas a comienzos del presente ejercicio, alerta sobre  una situación muy preocupante de cara al año próximo, en el que comenzarán a aplicarse los nuevos límites de emisiones de la normativa CAFE, y frente a los objetivos comunitarios de 2035, cuando se prohibirán las ventas de nuevos vehículos de combustión.

 

Ford, que en un principio, adelantaba este cese de sus ventas de térmicos a 2030, se echó atrás, igual que otras marcas europeas, y anunció que iba plantear una modificación de esta fecha ya que parece un objetivo inalcanzable.

 

 

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