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Histórico acuerdo de la UE con Mercosur



Donald Trump puede tener ganas de comenzar una guerra arancelaria cuando llegue a la Casa Blanca el 20 de enero, pero la Unión Europea ya está moviendo ficha para encontrar nuevos mercados en el mundo. La Comisión Europea pide paso en Sudamérica para contrarrestar la creciente influencia de China y acaba de firmar un histórico acuerdo con el bloque de Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay –Bolivia, que entró hace unos meses, no formará todavía parte del acuerdo–, que supondría la creación de la mayor área de libre comercio del mundo al abarcar a 700 millones de personas y casi una cuarta parte de la riqueza global.


Eso, si finalmente se ratifica, porque Francia, muy crítica con el acuerdo, está buscando aliados para bloquearlo en el Consejo de la UE, que debe dar su visto bueno al pacto suscrito ayer por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que viajó hasta Montevideo para presentarlo flanqueada de los líderes del Mercosur.


Al tratarse de un acuerdo comercial la alemana no necesita la unanimidad de los Veintisiete estados miembros, sino que puede pasar por mayoría cualificada. Sin embargo, si un bloque minoritario que sume al menos cuatro países que representen el 35% de la población europea se opone, todo puede quedar en papel mojado. Además de Francia, Polonia ya ha dicho que está en contra, y Países Bajos y Austria han mostrado reticencias.


Meloni es reticente a suscribir el pacto y si se opone, podría quedar en papel mojado

La llave la tiene Italia: Giorgia Meloni –que no es la mejor amiga de Emmanuel Macron– no está del todo convencida del paso que pretende dar el Ejecutivo comunitario, pero podría ratificarlo si obtiene ciertas garantías de Von der Leyen de que se tutelarán los intereses de los agricultores italianos. Así lo hacen saber a La Vanguardia fuentes gubernamentales italianas, que explican que el Ejecutivo de Meloni considera que “no existen las condiciones para suscribir el actual texto” y que firmarán solamente si hay las “adecuadas tutelas y compensaciones en caso de desequilibrios del sector agrícola”.


En cambio, Alemania y España son los principales valedores de este acercamiento que podría permitir a las empresas europeas eliminar unos 4.000 millones en aranceles, especialmente a la industria automovilística, farmacéutica o química. Una de las claves es la búsqueda de la reducción de la dependencia china en materiales críticos para la transición ecológica como el litio, para la industria del coche eléctrico, o el níquel, para el acero. “España trabajará para que este acuerdo sea aprobado por mayoría en el Consejo. Porque la apertura comercial con nuestros países hermanos latinoamericanos nos hará –a todos– más prósperos y más fuertes”, declaró el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.


El texto, que ha costado sudor y lágrimas durante los últimos nueve meses, no se puede modificar, apuntan fuentes europeas. Lo que la Comisión espera hacer ahora es un ejercicio pedagógico para ilustrar los cambios adoptados respecto al último intento de acuerdo alcanzado en el 2019. El sector agrícola europeo, en un momento en que el campo sigue en pie de guerra con Bruselas, se opone frontalmente porque teme que favorezca importaciones baratas de productos sudamericanos que no están sometidos a las mismas regulaciones que en Bruselas. En estos cinco años, dicen las fuentes comunitarias, han mejorado algunas cosas, por ejemplo en compromisos medioambientales, y se podrá suspender si una de las dos partes deja de “actuar de buena fe”. “A nuestros agricultores: les hemos escuchado, hemos atendido sus preocupaciones y estamos actuando en consecuencia. Este acuerdo incluye sólidas salvaguardias para proteger sus medios de vida”, aseguró ayer desde Montevideo Von der Leyen, en un intento de tranquilizar a los trabajadores del campo.




La líder comunitaria era esperada este sábado en París para asistir a la inauguración de la reformada catedral de Notre-Dame, invitada por Macron junto a Donald Trump o el príncipe Guillermo de Inglaterra. Finalmente no asistirá, con lo que no se escenificará la confrontación con el Elíseo justo cuando el Gobierno francés se acaba de derrumbar.


Eliminados el 91% de aranceles a productos europeos

La presidenta de la Commisión Europea, Ursula von der Leyen, definió el acuerdo alcanzado con el bloque del Mercosur como una “victoria” para Europa. Según explica el Ejecutivo comunitario, de implementarse –todavía no hay fechas– supondría la eliminación del 91% de los aranceles a los productos europeos, o un ahorro de 4.000 millones a las empresas beneficiadas. El año pasado unas 60.000 empresas europeas –la mitad, pequeñas y medianas– exportaron 56.000 millones de euros en bienes a los cuatro países fundadores del Mercosur e importaron 54.000 millones, unos intercambios de 100.000 millones. Ahora mismo, por ejemplo, el bloque sudamericano impone aranceles del 35% a los automóviles europeos o en los zapatos de piel, de un 20% al chocolate, de un 27% al vino, del 18% a pastas y galletas o de hasta un 14% en productos farmacéuticos. Además, según la Comisión Europea, beneficiará a los productos europeos con denominación de origen y protege a 350 indicaciones geográficas de la UE, impidiendo falsificaciones de productos como el roquefort francés o el parmesano italiano.

 

Fuente: La Vanguardia.

 

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